martes, 26 de mayo de 2009

space-dye vest

+Sólo quería alguien que me quisiera un poco, no pedía mucho; algunas llamadas cuando enfermara, alguien con quien hablar todos los días, dependencia mutua no obsesiva, sería un nuevo paso en la madurez, en la forma en que dos personas se relacionan para salir adelante.

-Tu problema es que tenías tanto por entregar cuando terminó todo con ella, habías cambiado tanto que te quedaste con un gran regalo que nadie iba a recibir, decidiste desparramarlo todo a quien fuere, y de eso nada bueno podía resultar.

+Sólo quería alguien que estuviera ahí siempre, para no sentirme tan solo cuando de verdad lo estuviera. Aunque no la viera, aunque no habláramos, saber que ella iba a estar ahí para mí.

-Y tanto escribiste, tanto dijiste, pero no había nadie ahí para escucharlo o leerlo, y si lo hacían no les importaba mucho.

+Decidí darle una solución rápida sencilla.

-¿Has hecho un nuevo amigo hoy?

+Sí

-¿Real o imaginario?

+Imaginaria.

-¿Y para ella irán todos tus nuevos escritos de ahora en adelante?

+También mis pensamientos y todo lo demás.

-Será tu chaleco con tinte espacial. Un ser tan burdo y absurdo que no tendría el más mínimo sentido en una situación normal en la vida real, si se tratara de una persona común.

+Pero soy yo.

-Siempre tú. ¿Y como será? ¿Cómo se llamará?

+No tendrá nombre ni forma física, no puede tenerlo. Debo imaginarla imparcial, un modelo que encaje en todos mis sueños y fantasías, en todo lo que quiero y detesto a la vez en una mujer, para que cuando llegue realmente quien la remplace no sea un cambio difícil. Será más fácil si quien llega mañana no tenga que cambiar mi concepto del amor.
I saw the future dressed as a stranger
love in a space-dye vest”

-"He doesn't know what a woman is. He wants you for a possession, something to look at like a painting or an ivory box. Something to own and to display. He doesn't want you to be real, or to think or to live. He doesn't love you, but I love you. I want you to have your own thoughts and ideas and feelings, even when I hold you in my arms. It's our last chance... It's our last chance..."
Tú también tenías tu otro yo imaginario, pero ha muerto supongo…

+Now that you're gone I'm trying to take it
Learning to swallow the rage
Found a new g
irl I think we can make it
as long as she stays on the page"

Tu tampoco estás aquí ahora conmigo, también eres otro yo (el psicólogo) ¿Qué haces cuando tu tienes un problema y no estoy yo para escucharlo?

-Creo amigos imaginarios para mí y les cuento mis problemas, supongo que si ellos se meten en problemas también crearán los suyos. Los míos si, hablan francés y alemán, así que les pido a ellos que escriban las canciones en otros idiomas.

+"There's no one to take my blame if they wanted to
There's nothing to keep me sane
and it's all the same to you
There's nowhere to set my aim so I'm everywhere
Never come near me again
do you really think I need you
I'll never be open again, I could never be open again.
I'll never be open again, I could never be op
en again"
Y si yo te mató a ti, ¿se forma una cadena de matanzas de todos los imaginarios que venían desde ti?

-¿Es tiempo ya de deshacerse de mi?

+No lo creo, una buena amiga me dio a entender que las mejores historias y poemas podrían venir de los que no son más que en nuestra mente, quizás a ella también la inventé, de ser así de todas formas tenía razón porque ella me dio la idea para esto que ves escrito (Noelia)

-"And I'll smile and I'll learn to pretend
And I'll never be open again

And I'll have no more dreams to defend
And I'll never be open again"

+Y sonrío y trato de pretender Y no tendré más sueños que defender…

-Pero yo sí y ellos también.


martes, 19 de mayo de 2009

Al desnudo

Podría bordarte mil versos en un papel,
Acumular cien hojas y regalarte un vestido color crepé.
Intentar darle vida a la guitarra con cinco acordes,
Pensarás; “esta no es una buena canción”, porque la escribí por los bordes
De una cajetilla que fumé pensando en ti,
Una cajetilla donde no cabían más de cinco acordes,
Y creerás que mentí en esta parte de la canción
Donde boté la botella, tomé el pincel y esbocé una sonrisa

Junto a tu mejilla mientras dormías.
Y esto del verdadero romanticismo será sólo una brisa,
Pero es todo lo que tengo para darte,

Es todo lo que soy.

Podría formarte castillos en el aire,
Pero ni dueño de la arena soy.
Intentar darle vida al fuego en surcos como mensaje,
Pensarás; “ni la letra con fuego podrá atarme”
Entonces será verdad lo que dicen de los malos artistas…
Nunca logran quedarse con la princesa, ni dándole todas las pistas
Que la guíen a ver que como yo, nadie la querrá,

Y es que sólo los malos artistas saben amar,
Sus poemas nunca logran conquistar, siempre tienen que mejorar,
Nunca lográndolo es como pueden ser fieles al verdadero amor.
Es todo lo que tengo para darte,
Es todo lo que lograré ser.

No sé bajar la luna, ni te mentiré regalando estrellas.
Nunca he dado el beso perfecto bajo la lluvia
Y le he dicho a muchas que son bellas.
Soy bohemio de los bares, amigo de la botella y cigarrillo,
Escritor resentido y derechista empedernido.

Sólo conozco la luna cuando la creo en un piano,
Sólo veo estrellas cuando pienso en ti,
El beso perfecto lo guardo en mis sueños
Para dárselo a la más bella,
La que lea esto y se de cuenta que es ella.

Podría quedarme la noche entera en vela,
No por eso las horas serán más cortas, no por eso se extinguirán
Las horas y los versos que siguen uno tras otro saliendo.
Y un mal artista que no quiere dormir,
Que no quiere soñarla para despertar solo.

Intentar cantarte todo esto,
Con una guitarra desafinada y cinco acordes por mi mano.
Pensarás; “que inútil todo esto, si de todas formas no me tendrá a su lado”
Y los lápices se gastan al grabar esto,
Como se oxidan las cuerdas cuando lo enhebro, como nosotros…

Pensar que disfrutas los desiertos tanto como yo,
Más cuando penden de un hilo bajo la luna y sobre el sol,
Sólo duran unos momentos y luego vuelven a lo que eran.
Mientras los desiertos de oro y sangre mueren, se van,
Te figuro de mi mano, caminando por esas dunas navegantes,
Sinuosas y bastas, los dos hacia el horizonte
Siguiéndolo a él, que cuando se va tras las montañas
O el mar, se lleva los eriales y nos deja con la verdad.
Al atardecer mientras mis fantasías viajan sin rumbo o puerto,
Al anochecer cuando ya no están te recuerdo.

Es todo lo que puedes darme,
Pero no es todo lo que eres.

Podría intentar olvidarte, pero no quiero,
Pensarás; “pero que tonto es, ya no tengo la culpa”
Si nunca la has tenido y es que los malos artistas somos así,
Nos gusta el martirio, nos hace escribir “algo mejor”
Es cuando tomamos esperanza de que una última línea te sonroje.
Intentar conquistarte con un último verso mal Descrito.
Y si al final de todo esto,
Si con la última línea no lo logro tenerte,
Muchas gracias por venir
Y no deje propina al salir,
Que cinco acordes no me costaron nada (Es todo lo que tengo para darte)
Y 68 versos salieron del alma. (Es todo lo que soy)


sábado, 16 de mayo de 2009

Quizás XQ'

Quizás porque no soy un buen poeta
Puedo pedirte que te quedes quieta,
Hasta que yo termine estas palabras.

Quizás porque no soy un gran artista
Puedo decir tu pintura está lista,
Y darte orgulloso este mamarracho.

Quizás porque no soy de la nobleza
Puedo nombrarte mi reina y princesa,
Y darte coronas de papel de cigarrillos.

Quizás porque soy un mal negociante
No pido nada a cambio de darte,
Lo poco que tengo, mi vida y mis sueños.

Quizás porque no soy un buen soldado
Dejo que ataques de frente y costado,
Cuando discutimos de nuestros proyectos.

Quizás porque no soy nada de eso
Es que estás aquí en mi lecho.

martes, 12 de mayo de 2009

Sin reglas

Si el cielo se cayera mañana, no habría más reglas.
Olvidaríamos la gravedad y de un salto llegaríamos a las estrellas y la luna tocar,
No sin antes olvidar lo mortales que somos y lo infinitas que son las cosas
Cuando olvidan que son, cuando dejan de ser.

Cuando nos faltara el aire, encontraríamos la vida en la maravilla de la extinción. En un mundo sin colores, los toques los darías tú, Cuando te encontraras con ella o con él, chocando con las flores levitando.

Las ciudades vacías porque no habría más sonidos que escuchar. Y los autos por los cielos esquivando los edificios, Porque todos querrían buscar nuevos mundos donde sonar sus bocinas, Donde gritar, donde reclamar que el taco no avanza.

Nadie pesaría más de lo que quiere y nadie moriría más de lo que puede.
En ese mundo sin reglas que terminaría antes de darse cuenta de sí,
En un sin sentido donde no tienes que explicarte a ti mismo.

Los segundos pasarían como horas (porque no habría reglas) mientras intentas correr Para verla a ella. Mientras vas viendo que es imposible correr, Imposible buscar arriba y abajo, una estrella postrera que te guiara y sólo ríos como Carreteras por donde iban las aves.

Un cometa que se extingue y detiene al lado de un avión, como un pensamiento en un Callejón sin salida y callas… Te das cuenta que cuando llegues a ella no habrá colores que buscar en sus ojos.

Te das cuenta que antes de un suspiro y luego de un parpadeo
No tendrás nada que decirle.
Que cuando al fin la alcances seremos uno con el éter, polvo de estrellas e historia que
Comienza de nuevo.

Para cuando te postres ante ella sin aliento, Verás que todos como tú buscaban a la última persona que ver sin colores en el rostro. Que ninguno sabrá que decir en un mundo sin reglas y que a nadie le importa.

Al universo no le interesó que a un mundo le faltaran reglas y que Dios justo volteó. Las palomas, las más felices repartiéndose el sin sentido con los delfines, Y tú como un tonto sin palabras ante ella, Como antes, como ahora y tal vez como mañana.

Que no tener cielo no es excusa para no inventarlo en ella; Su piel sean las nubes, la luna como una pradera en sus ojos, un cometa el abrazo, Que el sol sea un beso y ella tu única estrella.

Tomar el último aliento en un rozar de labios, pero no se lo pudiste pedir, No se dio por enterada. Porque ya no había reglas que seguir y no supiste pensar para hablar. Si de todas formas te hubiera dicho que no, cuando le dijeras; “tanto te quería”

Que tanto la ibas a querer,
Mientras los pingüinos volaran al cielo en busca de otra tierra que conquistar,
Porque esta se la habían repartido palomas y delfines.


domingo, 10 de mayo de 2009

Héroe local

Cristian caminaba inquieto por la alameda en busca de un teléfono público desde donde poder llamar a su madre. Era sólo un niño pequeño perdido, pero muy despierto e inteligente, tanto como para haber memorizado acertadamente el número celular de cercanos familiares para casos como estos.
Era en efecto un niño bastante peculiar y adelantado para sus cortos diez años, leía mucho y ya tenía sus escritores preferidos, entre ellos a Nicanor parra.
Cuando al fin encontró un teléfono público, Cristian notó algo extraño. No era un teléfono público corriente como los que uno ve día a día por Santiago, éste estaba dentro de una especia de cabina cerrada, tal cual este pequeño niño las veía dibujadas por las calles de Metrópolis en sus historietas de Superman.
El pequeño niño sintió ansias y esperanzas por dentro, ¿Por qué razón este sería el único teléfono público de Santiago con cabina completamente cerrada? Quizás era un teléfono especialmente dedicado para el Superman santiaguino, para que él se vistiera cuando necesitara correr tras un lanza por paseo ahumada o atrapar al guasón chileno (tony caluga) pero claro, eso no, estamos mezclando historias, el Batman chileno iría tras el guasón, sería ese otro superhéroe que tendría su guarida, en… mmm, el cajón del Maipo? Quien sabe.
Y mientras Cristian abría las puertas rojas de la cabina tiritaba de la emoción, él sospechaba claro que dentro no estaría superman, pero el solo hecho de conocer el lugar donde éste se cambiaba de ropa, dejaba de ser un periodista de las últimas noticias (¿o de la tercera? En una de esas de la cuarta) y comenzaba a ser el héroe de esta contaminada ciudad, era algo que pondría feliz a cualquier muchacho.
Una vez adentro el pequeño niño encontró el teléfono colgando, como si alguien lo hubiera estado ocupando hace poco y hubiera salido rápido. Quizás Superman había estado llamando a la lucha que ahora estaría en problemas, ¡pero había olvidado algo dentro de la cabina! Una bolsa estaba ahí desparramada y olvidaba en una esquina oscura de la cabina. Cristian la tomó con precaución y para su asombro mayor, dentro estaba el traje de superman.
Cristian lo inspeccionó con entusiasmo, con felicidad, con una gran sonrisa que se fue borrando poco a poco. El traje estaba en bastante mal estado, manchado en algunas partes, roto y cocido a medias en otras, y con partes de tela que evidentemente eran tomadas de otros trajes para parchar agujeros enormes. Cristian dedujo que la crisis económica también habría afectado a nuestro superman.
Nuestro protagonista salió corriendo, ya olvidándose de su problema y preocupado sólo de encontrar al propietario de este traje para que pudiera mantener oculta su identidad cuando salvara a los inocentes capitalinos. Pero la tarea parecía imposible, Cristian sabía que esta ciudad tenía seis millones de personas y encontrar además a nuestro superman entre ellas, sería casi imposible.
Por una tincada Cristian dobló en calle New York (donde podría estar Spiderman que cuando viera a Wolverine le diría que le pasara el traje a la mujer maravilla que se acostaba con superman, pobre lucha) y casi llegando al Eurocentro Cristian se topó de frente con un hombre alto y musculoso, éste miró el traje en las manos del pequeño niño y se alivió; “No sabes de la que me has salvado, debo entrar a trabajar pronto por aquí cerca y este es mi único traje, los demás los están lavando, y no te imaginas como es este oficio, son tan envidiosos los demás, jamás me prestarían uno de sus trajes…”
Cristian sentía que podía morir en ese instante y ser feliz, había completado la misión de su vida, había sacado de un aprieto al superman chileno que resultó ser tal como él lo había imaginado; alto, musculoso, algo tostado, con cara de ganador y pantalones ajustados.
Mientras superman se retiraba con su traje a toda prisa, Cristian se preguntaba a quien iría a salvar, qué damisela en peligro necesitaría de la ayuda de nuestro héroe local, después de todo, cada ciudad tiene derecho a tener su propio superhéroe.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Mayo

I De lejos has de escuchar el silencio
De las marchitas hojas caer en otoño,
Mas de cerca has de sentir
Florecer mi esperanza al son de la primavera prematura.
Estío prometido para siempre por el prado de tus ojos.

II De lejos como la luna que apunta a mi ventana,
Mientras cae sobre ella el rocío de la mañana, te pienso.
Te apareces ante mi eterna, ante mis ojos infinita
Y ausente como el plenilunio ahora cubierto de gris ciénaga,
Manchas desfallecidas que entrecortan los recuerdos.

III Desde la distancia no me piensas como yo a ti,
Porque, como el soñador que en su barca y altamar
Busca incesante el puerto de su destino,
De tal forma nunca los destinos y los sueños
Buscan al navegante que los ha de perseguir hasta encontrar.

IV Desde la distancia eres la estrella fugaz que ha de surcar
Cien cielos con sus tantos fieles seguidores,
Viajera que se ignora armoniosa,
Tal cual una estrella desprecia sin quererlo a sus fieles
De los cuales sin desearlo he sido el que más te ha escogido.

V Y por mí te habla el viento a los labios cada mañana otoñal,
Y por mí te escucha la lluvia cada vez que quieras llorar,
Por mi te arrullarán las tormentas cuando quieras dormir,
Te acariciarán los sueños al descansar
Y te cuidará el mundo entero mientras piense yo en ti.


VI Cuando la noche sea absoluta y fría espero que el sonido
De mis tantos versos te llegué y los disfrutes,
Ya que como tu me quieres cuidar con tu lejanía e indiferencia,
Pues te sabes peligrosa con tus encantos y bellezas,
Yo también te quiero cobijar al hacerte saber como tu no hay otra igual.

VII Si por mí fuera te raptaría y llevaría a lejana montaña,
Cubierta siempre de nubes frondosas y copiosa arbolada,
En que reinara el silencio y de la mano poder llevarte
A la cima más alta abstracta, donde pudieras escuchar
En total calma la sima en mi corazón, tan honda por tu ausencia.

VIII A veces me pregunto por qué a de ser así la vida
Y uno ha de desear tanto lo que nunca podrá tener,
Pero la mano que tuerce los caminos es estrecha
Y nunca se sabe con qué nos toparemos mañana,
En esas estaciones donde las horas no son tan dolosas.

IX Y cuando aplaste las danzantes gotas contra el asfalto,
Iré pensando en ese mañana donde sólo tú puedes dictar.
Cuando en los caminos el viento me quiera desviar,
Recordaré siempre que mi fin eres tú y nadie me puede engañar.
Mañana cuando mueran las viajeras…

X Si el tiempo es mi aliado y con su muerte me vas a desear,
Si mientras pasan los segundos y sumando hacen días
Llegan los meses en los que lo vas a reconsiderar,
Feliz recogeré las ásperas semanas de la indiferencia,
Contento recogeré las cenizas de los ciclos.

XI Desde la lejanía te pido que mires la inercia en la soledad,
Desde aquí te prometo mil rosas y la vida en movimiento.
Si tan sólo pudiera crearte un mundo ideal,
Pintarte en el rostro con este pincel la sonrisa que ahora te escribo
Podría hacerte creer la verdad de todo lo que digo.

XII Desde lejos estoy petrificado, anclado a una pantalla postrera,
Con algunas de tus fotografías mirando y riendo.
Desde lejos te escribo estos versos para que los leas tarde o temprano,
Porque son todos para ti y para nadie más.
Tal cual está mi corazón entregado, para que lo vengas a buscar.

Para que desde la distancia lo vengas a buscar.

martes, 5 de mayo de 2009

Lo que el viento nos dice

“La noche ha sido larga.
Como desde cien años
de lluvia,
de una respiración embravecida
proveniente de un fondo de vértigo nocturno,
de un cántaro colorado
jadeando en la tierra,
el viento ha desatado su tempestad violenta
sobre el velo anhelante de la ilusión
efímera, sobre los fatigados menesteres
y tú y yo, en la colina
más alta,
en el rincón de nuestros dos silencios,
abrazados al tiempo del amor, desvelándonos.
Deja que el viento muerda sobre el viento.
Yo te cerraré los ojos”

Elvio Romero.

Una vez alguien me dijo que a pesar de la distancia podríamos ocupar el viento para comunicarnos, que si de verdad nos extrañábamos, diríamos todo lo que quisiéramos al viento y este se encargaría de llevar las palabras hasta el oído de quien pensamos. En su defecto, podría también uno escribir unas pocas palabras en una hoja de cuaderno vieja y olvidada, lanzarla por la ventana en una noche de tormenta y con suerte esta nota sería recibida por su destinatario.
Nunca tomé esto a consideración como algo serio, incluso cuando más la extrañaba podía poner mi cabeza por la ventana hacia fuera, con plena tormenta e intentar escuchar algo, pero con todos mis esfuerzos nunca pude oír nada.
No negaré que en innumerables oportunidades me maravillé con la fuerza del viento, aquí tan cerca del campo mucho más fuerte al parecer. El cielo gris y las nubes como danzando por sus confines, las gotas golpeando tu rostro y el silbido característico entrando por tus oídos, casi como si la misma naturaleza tuviera algo que decirte, pero no ella, nunca algo de ella.
Por simple curiosidad o fe forzada en el proceso, un día dije unas pocas palabras al viento esperando saber si serían recibidas.
Ese día de junio no pasó nada, pero al mes siguiente si recibí algunos ruidos extraños al atardecer, cuando el sol se puede ver por única vez en un día tan lluvioso como ese, cuando se cae de las nubes y es recibido por las montañas manchando todo a su alrededor con la sangre de un sacrificado, una última despedida de éste antes de ir a otros lugares y volver al día siguiente. Fue entonces cuando escuché la frase; “te quiero tanto miguel”
¿Pero quién diablos es miguel? Aunque eso no fue lo más raro, a la semana siguiente apenas sacaba mi rostro por la ventana este se encontraba de frente con una hoja de papel que había traído el invierno, una nota que decía; “Por siempre juntos tu y yo, CyM”
Todavía no termino de entender todo esto, simplemente me pregunto si será posible que sean muchas las personas que conozcan este método de comunicarse, si no será posible también que el viento con tanto trabajo entre manos desvíe sin quererlo mensajes de unas personas a otros que no eran los destinatarios.
Si es así quiero aprovechar esta oportunidad para decir a miguel que “C” te quiere mucho, y si tú recibiste mis mensajes por equivocación, dile a mi destinatario que también la quiero mucho, y por cierto, la extraño…

sábado, 2 de mayo de 2009

Hasta la última gota

Tengo poco tiempo así que seré breve… Soy una simple gota al final del grifo, ese que tan habitualmente ocupas tu o algún conocido tuyo día a día, para conseguir agua, lavarte las manos o mojar tu rostro, quien sabe.
El proceso siempre es el mismo, uno espera pacientemente llegar a transformarse en una gota, poder independizarse del resto del agua mientras estamos agrupados dentro del grifo. Si somos todos una misma agua tenemos una conciencia común, somos el mismo ser y por eso es tan lindo esperar pacientemente en la fila mientras se va avanzando hasta la punta del grifo, ahí es cuando nos hacemos independientes y podemos gozar de un momento con nuestros propios pensamientos, observamos el mundo a nuestro alrededor y soñamos.
En la categoría de las gotas soy una de las más bajas, para mi mala suerte nunca he sido bebida, siempre usada para limpiar, así que después de ser usada sigo por las cañerías (horribles y hediondas), desemboco en las profundidades de la ciudad y sigo por las alcantarillas hasta después de un largo trayecto llegar a la planta donde soy limpiada junto a otras gotas ya todas juntas, luego devueltas por otras cañerías (limpias y estrechas) hasta una nueva casa donde somos ocupadas de nuevo, algunas me han comentado que a veces en el retrete, otras que en la ducha, pero yo siempre por alguna mala desdicha en el grifo del agua de alguna cocina (en total creo ya he recorrido unas 100 casas diferentes, o mejor dicho 100 cocinas distintas)
Hay muchas gotas y de todo tipo; están las gotas bohemias, esa ebria al final de la botella de ron que espera ser bebida antes que olvidada junto con su recipiente en alguna calle de esta gran ciudad. Está la sentimental, esa lágrima en el borde del ojo que espera encontrar en las mejillas una gran avenida para utilizarla como salida. Dicen que ser una suicida es de lo peor, esa última gota de sangre esperando salir del brazo abierto, quedarse dentro es la extinción, salir afuera la posibilidad de transmutar en algún otro tipo de gota.
Una forma de transmutar es ser bebida, así puedes llegar a degradarte aún más a gota urinaria, o subir de categoría a gota lagrimal o sanguínea (dicen que mientras quien te contenga no intente suicidarse es bastante divertido recorrer todo su cuerpo a gran velocidad, a veces echando carreras por las venas, por las arterias no, dicen que por ahí no se puede correr) todo depende del uso que el organismo quiera darte.
Si me preguntan a mí personalmente, espero con ansias poder transmutar, experimentar algún otro tipo de trayecto y finalmente subir de grado.
Me gustan mucho los inviernos, porque es en esta época del año donde puedo ver a las gotas que más admiro, esas en las que de verdad deseo transmutar algún día.
Ahora por ejemplo mientras les relato esto y ruego porque no venga nadie a dar el agua del grifo pues interrumpiría mi historia. Veo a través de la ventana que está junto al lavadero en que estoy y puedo verlas a ellas, mi objeto de gran admiración, las gotas de la lluvia.
Me imagino cómo será evaporarse, ser uno con el aire y hacer un lento viaje hasta las máximas alturas de la atmósfera, llegar a condensarse al lado de otras viajeras y formar nubes, ¿no son acaso las nubes algo de los más romántico que hay? Verlas tan blancas en un día despejado bajo el cielo tan claro, verlas al atardecer bajo el efecto del sol, cuando se tornan naranjas, rosadas o rojas, algo tan bello en realidad. Y mi preferida, cuando el sol pareciera atravesarlas casi dando un mensaje místico. Aunque debo reconocer que los truenos me dan algo de susto, pero por el placer de ser una nube correría el riesgo.
Expectante debe ser el momento previo a que llueva, todas nerviosas me imagino por caer de una vez, sentir el aire sobre tu cuerpo mientras vas cayendo a gran velocidad, tan libre, como volando por donde quieras, preguntándote dónde irás a parar.
Una vez que estuve colgando de un grifo en Maipú, me tocó una cocina con dos grifos continuos, al lado mío estaba una gota que aseguraba haber sido alguna vez una gota de lluvia. Me habló de la experiencia; me dijo que al menos para ella (y creo para mí también) lo mejor sería la duda sobre saber dónde irás a parar, ella me dijo que en sus innumerables viajes cayó sobre autos en movimiento, donde era lanzado con desprecio por los conductores del parabrisas como si fuera un gran estorbo. Otras veces en la calle (uno de los mejores lugares si quieres evaporarte pronto para ser lluvia de nuevo), otras en una verde pasto en una pradera, pero que al menos ella nunca pudo cumplir su sueño que coincidió con el mío; Poder caer sobre una pareja que esté a punto o ya besándose, nosotros como gotas sólo podemos observar y apreciar el romanticismo, como reflejado por ejemplo en nubes a la luz del sol, pero que cosa más maravillosa sería algún día llegar a formar parte de un verdadero momento de amor.
Llegar en el momento preciso de empapar las mejillas de un hombre que toma tiernamente el rostro de quien ama bajo la lluvia, con suerte llegar a sus labios y empaparlos, ser en verdad uno con ellos, debe ser algo de otro mundo.


Pero no quiero quitarles más tiempo, esos son simplemente algunos de mis tontos sueños, deséenme suerte a ver si algún día al menos logro salir de este trayecto patético y soy ascendido a gota de lluvia.
Ahora les digo adiós y buena suerte con sus sueños, que ahí viene alguien con un CIF en las manos, como siempre…