lunes, 30 de agosto de 2010

Vintersorg y G. III

De tus pies vuelven a brotar;
Versos y truenos a retumbar,
No existe cura tal para mí,
No hay como alejarse de ti.

Galé, donde estés,
En mi mente entidad,
Presente de revés,
Lucero irreal de gran brillantez.

Coro

Imaginativa, alto cenit,
Barco desbocado sin timón,
¿No os gustan los caballeros o el Cid?
¿Ni esta espada ni el crisol?
No os agrada ser una odalisca,
Ni del universo dios,
Idealizada, niña arisca,
¿Debo decir adiós?

Disentir,
Es mi fortaleza,
Sólo en mi mente has de gemir,
Antes de que bajo el sol hayas de asentir.

Coro

Imaginativa, alto cenit,
Barco desbocado sin timón,
¿No os gustan los caballeros o el Cid?
¿Ni esta espada ni el crisol?
No os agrada ser una odalisca,
Ni del universo dios,
Idealizada, niña arisca,
¿Debo decir adiós?


I've fallen in love with your sin?
Should I accept that others burn your skin?

sábado, 28 de agosto de 2010

Storm

Venía con pies de barro
La misiva regalo del cielo,
Venía vestida con traje de plata
Y ojos de luz relucientes.
Se posó sobre la ciudad
Y su furia resonó como un canto,
Se posó y dormitó
Arrullando a todos con su ronca voz.
Sus manos eran monstruosas
Y acariciaban los castillos de metal,
Sus manos lo eran todo
Y tapaban a las estrellas juguetonas.
Besaba con labios húmedos las ventanas
Donde se escondían los feudales,
Besaba y mordía los vidrios
Sofocando a los serviles.
Cierto día soltó su lengua
Como un hachazo de oro,
Cierto día nos invadió
Con su moribunda exhalación.
Estaba muriendo la misiva del cosmos,
Se estaba secando el oscuro mar,
Estaba recitando sus últimos versos
Con lágrimas ácidas.
Al final se partió su corazón de ceniza,
Votó sus entrañas y se retiró lastimada,
Agosto fue su última estancia
Y septiembre la promesa de volver
A posarse sobre este feudo de acero,
De recostarse sobre nosotros con su prestigio
.

domingo, 22 de agosto de 2010

El verso

Quería encontrar el verso perfecto
Que hiciera al mundo derrumbarse,
A los sueños difuminarse
Y a los colores atar abyectos.

Quería formar una vana gloria
De mi mismo volando entre planetas,
El sentido florido en una maceta
Con tu sonrisa conquistada de euforia.

Intentaba cantar entre bramidos
Altos y disonantes de meteoro,
Apartando de cada mujer el decoro,
Hilando tu belleza con alaridos.

Pretendía entrecortar las fronteras
Como la luz lo hace con los abismos,
Pintar un nuevo Dios a tu ateísmo
Para iluminar de noche tu cabellera.

Me gustaría que en este arduo viaje
Me dieras la mano y desfallecieras,
Como si el mismo sol nos durmiera
Con su calor en ráfagas de oleaje;

Como si el mismo universo nos tendiera una cuna,
Recibiendo besos incansables de las estrellas,
Recostando nuestras cabezas y besos en la luna,
Respirando dentro de un verso atrapado en una botella.

jueves, 19 de agosto de 2010

La niña

La niña
Lloraba de sus pies descalzos,
Nadie besaba
Sus frías manos a la lluvia,
Nadie quería
Saber de su vida,
Ni conocerla en su muerte.

Mi niña
Dime ¿qué fue de los abrazos?
Nadie quería
Tropezarse con la furia,
Ensañada en ti
Y en tus pies,
Besándote con viento inerte.

Pobre niña,
El invierno en su regazo
Tenía para ti
Lágrimas de joyería,
Cayendo,
Cayendo roca
De la sinfonía más fuerte.

Juega, juega, grita niña,
Que te sigue el invierno,
El sueño; tu protectora madrina.
Juega, salta, salta mi niña,
Las tinieblas asoman la vida,
De tu llanto se forma su viña.

Dulce hija
Con piel de otoño creada,
De ángeles
La paria sin canciones,
Nadie quiso,
Nadie pudo
Recoger los versos de tu voz.

Pordiosera
Por los demonios deseada,
Cierra tus ojos,
No veas a los cobardes leones
Ensañados en ti
Y en tus pies,
Los truenos son tu clamor.

El dolor
Te ha dejado postrada,
Extiende tu mano
Y oye de la plaza sus cañones,
Son monedas,
Es su piedad,
Su cariño y bendición.

Juega, juega, grita niña,
Has de ti misma una muñeca,
Escombros y hojas son tus amigas.
Juega, salta, salta mi niña,
Si pisas mal, será tu ruina,
La furia te dará un fatal beso

Y la muerte te hará su concubina.

miércoles, 18 de agosto de 2010

BlackWater Park

Sutilmente en un parque olvidado,
Restregado de luces vehementes,
Sostengo mi vida en el ápice
Cómplice de una cadena, porque mantengo
Fango en los juegos oxidados de mi corazón.

Barbáricos los suaves chirridos
Oídos en este paraje árido,
Mientras me balanceo y al girar…
Saltar de mi recuerdo veo tu figura atenta,
Herramienta florida de esta ilusión.

Agua turbia es la de tu reflejo,
Espejo voraz, del cielo su lengua.
Una silla a mi cuerpo se asienta,
Tienta su seguridad como a las nubes la luna;
“Fortuna, nunca saldrás de esta laguna”

Fortaleza última de tus ojos,
Lejos en su espesor de maleza,
Rodeándome en una letanía,
Tiranía de este azul parque encarcelado,
Bosquejado con las últimos versos de mi hambruna,

Amada con mis últimas mentiras.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Soema

Si quieres, si así lo amerita,
Puedo tenderte una mano cada azul noche,
Guardarte en pulida cajita
Y cubrirte con un manto nebuloso de gris broche.

Yo quisiera, si lo admitieras,
Darte guardia junto a las celosas luciérnagas,
Que al imitar tu cabellera
Forman una dama de luz danzante junto a la ciénaga.

En el soñar, vas respirando;
Las sábanas se toman tu vida y colinas
Somnolientas veo navegando,
En tu vida tornaron de una tormenta su rutina.

Un cometa pasa cantando,
Las ventanas trepidan, la ilusión pasó,
El sol estará rebosando
Pronto con su sonrisa y la noche difusa dirá;

“Ya murió, la ilusión murió”

Son tus dos manos luminosas,
Es tu perfume de tabaco y agrio vino,
Es toda tu esencia estruendosa
Que resopla al tu despertar, para seguir su camino.

Fue un adiós impresionista;
La brisa marina besaba las cortinas,
La luna y el sol idealistas
Bailaban de la mano iluminando nuestra vitrina.

Fue un lindo sueño y nada más,
Ella al vestirse me decía; “rebramar”,
Como un arrullo celestial,
Un cántico furioso, una tempestad al declamar.

Abro los ojos y es realismo
El que va cantando; “fue un sueño y nada más”,
El sol invade con cinismo,
Como bestia desbocada en mi habitación desgarrando

La última ilusión que me podría apaciguar.

domingo, 8 de agosto de 2010

La promesa

Nunca la había observado con ojos distintos a los que iluminan una amistad, para él su presencia nunca había sido distinta a la de una hermosa amiga, a la que se cuida, a la que se quiere, se aprecia, pero nunca se codicia de otra manera. No fue si no hasta que vio la foto de su hermana mayor que su obsesión comenzó, una obsesión que no iría a parar nunca, porque no había solución posible ni respuestas para preguntas que no se hacen, o peor aún, que no se hacen con claridad.
Aún después de meses desde que vio la foto (una sola vez), no podía borrar de su mente, presente en constantes sueños, cada una de las facciones en ella, cada una de sus atrayentes singularidades. En la fotografía sólo aparecía su rostro, sus hombros descubiertos dejando ver las tiras de un vestido púrpura, un cabello largo abierto en pliegue, ella con la mirada baja dejaba ver una sonrisa gatuna llena de misterio, de secretismo y sensualidad.
El nombre de esta misteriosa mujer nunca lo supo, sólo averiguó que vivía en tierras lejanas, indagar aún más habría sido una pérdida de tiempo, su preocupación ahora estaba centrada en otros asuntos, saciar de alguna manera su incontrolable necesidad de una mujer que diera la talla para acallar su clamado interno.
Fue entonces que su dulce y hermosa amiga pasó a ser algo más, la pobre Ana nunca sospechó nada ni se dio por enterada, Nicolás la acariciaba, la besaba y la apreciaba esperando que se cumpliera una promesa nunca hecha; que la hermana menor se terminara de esculpir en un molde para satisfacer sus deseos de una sonrisa gatuna, que con el tiempo pasar, ella se fuera a transformar en la viva presencia de su hermana mayor.
Los años se fueron sucediendo y dos cosas nunca se concretaron, Ana no lograba parecerse más a su hermana y Nicolás nunca logró conocerla en persona, sus constantes viajes por el mundo la mantenían siempre lejana, una pelea familiar empeoró las cosas y él no se daba cuenta porqué cada día parecía detestar más a su mujer.
Cada noche la poseía con fuerza e ímpetu, cerraba los ojos y un aire tibio le acariciaba su rostro, presionaba a Ana con fuerza contra las sábanas, como queriendo atravesar su presencia hiendo en búsqueda de una imagen idealizada en su mente de lo que su esposa debería ser, una mujer misteriosa de sonrisa felina.
A Nicolás no le interesaba conocer la posible personalidad de la mujer tras su obsesión, su retrato visto una sola vez, lo decía todo para él, no estaba interesado tampoco en apreciar las propias singularidades deliciosas en Ana. “Es impresionante”, meditaba Nicolás, “Como nuestro día a día esta plasmado de pequeños detalles que nos marcan unos más que otros, tal vez si yo nunca hubiera visto esa foto hubiera mantenida una amistad duradera con Ana, por otro lado, podría haber terminado casándome con ella de todas formas, pero la habría podido amar de verdad, no pretender un cariño y apego forzado sólo para conseguir un objetivo futuro, ya a esta altura totalmente ridículo. El hombre debería vivir su día a día con más cuidado, no se sabe cuándo se podría topar uno con un detalle demasiado violento, demasiado potente, uno que podría terminar matándote”
Un día a fines del verano, una carta lacrada con cera púrpura comunicaba a Ana el deceso de su hermana en tierras lejanas, ese fue el día que su matrimonio comenzó a perecer definitivamente. Ella tomaba el aspecto de una señora vieja y desganada, vencida por la decepción de un matrimonio disfuncional, de una familia rota y ahora con una hermana muerta. Él por su lado veía esfumarse poco a poco la redención de su obsesión, mas no lograba vislumbrar entre las tinieblas de su ceguera, el apaciguamiento de su sed interna.
Cuando se separaron ya no eran marido y mujer realmente, ya no eran amigos, apenas les alcanzaba para conocidos cansados de conocerse. Cada uno tomó su camino, ella con una turbación parecida a la muerte de los deseos y la esperanza, él con una furia interna signo de una búsqueda que habría de quedar inconclusa para siempre. La última pieza de su sinfonía no habría de ser tocada nunca, porque no pudo hallar la inspiración en el amor que tuvo a mano, él se había ido en una persecución infructuosa de lo imposible, de lo lejano, de lo que nace y muere sólo en nuestra mente.




“…Una típica canción del estilo “death metal melódico” presenta una primera parte de repique en la guitarra o el teclado que se efectúa en cierta escala, esa tonalidad puede variar, pero en esencia debe mantenerse intacta hasta pasar a una segunda y tercera parte donde la escala es cambiada, el repique y el ritmo se mantienen pero el efecto producido es de un agrado similar al del ojo que ve como se va construyendo una catedral gótica. La promesa consiste en la espera inconciente del receptor para que la tonalidad vuelva a su origen, a su belleza primera que debe presentarse intacta al final de la canción. Si el regreso a la escala inicial se hace de manera defectuosa (como muchas bandas de la nueva ola de death metal melódico lo hacen) la promesa no se cumple y la canción produce la sensación de una falla en su culminación.”