jueves, 10 de julio de 2008

Mi viejo...

Mi viejo...

Mi viejo...
Sabio como una lechuza, sagaz como un zorro,
Intrépido aprendiste de los valles de la vida.
Caíste una y otra vez, sufriste,
Sí te engañaron nunca perdiste tu temple,
Jamás bajaste y te arrastraste por el fango con los gusanos,
Siempre altivo, siempre digno, siempre señorial, siempre con honor…

Mi viejo…
Firme como un roble,
Del que me arrime en los momentos más difíciles,

Aunque no lo notaras, porque preocupado estabas,
De servir a tu dote al que nunca le ha faltado nada,
Porque trabajador has sido,
Y aun así el cariño nunca le ha faltado a los tuyos,
Que siempre te han mirado, como el tronco de la vida...

Mi viejo...
Padre como tu jamás ha habido,
Más que un padre, guía que ha trazado mi camino,
Pues si he de crecer contigo a mi lado
He de llegar a ser la mitad de hombre que tú eres.
Me daré pues por satisfecho,
Pues la mitad de tu hombría es la galante envidiada de miles.

Mi viejo...
Ho Capitán, mi capitán!
Así ha de llamarte Whitman, y cuantos más…
Porque eres el héroe de cuanta historia escribieron,
El pilar que nunca ha de doblegarse,
En la historia que es mi vida has sido el héroe,
¿Súperman? ¿Ulises? O cuanto otro,
A ti han de llamarte mi capitán.

Y Mi viejo...
Cuando el tiempo logre embestirte, pero jamás derrotarte.
Cuando te ciña a un catre y veas como tu lozanía ha pasado,
Te ha abandonado…
Te prometo que ahí estaré, que jamás te dejaré,
Que he de cuidarte como tú lo has hecho con los tuyos,
Y que verás como cuanto has dado te será devuelto,
Pues el cielo no es ciego, y fieles caballeros como tú
Ya no han de encontrarse.

Ho mi viejo!...
Cuanto he de amarte, respetarte y admirarte,
Que ni estas palabras siento suficiente, para que suene mi cariño.
Y cuando leas esto recuerda que no soy el único,
Que siente esto por noble señor como tú,
Pero he sido escogido para cantarte, alabar tu gloria,
Que es sólo la gloria del buen padre.
Que pasa a ser mi viejo…
Cuando dejo de mirarte como mi progenitor,
Y pasas a ser mi compadre,
Porque siempre me serás incondicional y lo sé,
Que yo también lo seré contigo.

Ho mi viejo!...
Gracias por mostrarme que aún… que aún es posible,
Creer en lo noble, en lo correcto,
Porque justo como tú no he visto,
Justo como tú he de ser.

Ho mi viejo! Ho mi orgullo!
Ho mi capitán!

Me quito el sombrero ante ti.
Y cuando sea padre le he de contar a tu nieto,

Que su abuelo ha sido, el mejor hombre que jamás he conocido.



Papá te amo mucho, si hasta me pegaste la costumbre de escribir con verde, si nadie entiende por qué escribo con verde, pues me recuerda que tan bueno puedo llegar a ser en esta vida.
Con mucho cariño, tu hijo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hijo, desde el momento en que naciste que mis pupilas por vez primera, bañaron sus sentimientos, en los lluviosos prados de la emoción, mas hoy veo al hombre que cobije en mis brazos, trozo de mi vida, vástago de mi corazón, semilla dulce del amor.



Realidad bendita de la obra de séneca “El alumno que no supera a su maestro lo decepciona” Mírate fruto maduro, por tus obras, cuan pequeño me siento y tan grande a la vez. Hoy en estos tiempos de tempestad, que me has visto caer junto con todo lo que el dinero pudo comprar, más los avatares de la crueldad en su descarnada maldad, arrancando todo lo material, y por gracia divina también lo que mis ojos hacia nublar, dejando al desnudo solo lo que Dios me podía regalar. Como podría yo hijo mío, clamar, al alto cielo pidiendo compasión, si cada vez que te veo, gracias doy al santísimo creador.

Te ama tu Padre

Grande Kevin