jueves, 26 de febrero de 2009

Echo

Ella no podía ser mía, de ninguna manera podía serlo. Algunos dirán; “!Pero si ya lo fue!” y que con eso uno debería contentarse, con haberla tenido una vez, haberla perdido pero quedado con los recuerdos, pero en realidad ¿qué son los recuerdos? -> El retorno del pasado que se refleja en ideas vagas en nuestra mente, como una película mal proyectada concientemente por nuestro deseo de ese pasado. No suena como algo muy lindo entonces el recuerdo de algo que no podemos tener, ¿cierto?
Ella a veces recordaba también, a veces me rememoraba y me deseaba una vez más a su lado como un fiel compañero, tal cual fue en el pasado recordado. Pero ella solo proyectaba esas imágenes algunas veces, no como yo por el contrario.
Entonces no quedaba otra solución más que seguir adelante o seguir dando lástima como un perro patético a la espera de que abran la puerta de la casa. Ese seguir adelante a la fuerza nunca es provechoso, claro que no. Por el contrario, se recuerda con más frecuencia a medida que pasa el tiempo y con mayor intensidad en las vagas imágenes. Pasan a ser más que ideas abstractas atrapadas en la mente, llegan a ser dolores físicos y muestras húmedas al mundo de lo que añoramos.
Ella sabía todo esto, pero cada vez le importaba menos y a mi también por lo demás. Cada vez estaba yo mas dispuesto a seguir adelante fuera como fuera. Era el alcohol, los cigarros, la lectura, las mujeres, las mujeres, las mujeres. Era todo para olvidarla, pero ¿serviría de algo? No pasaban ni dos semanas de estar bien (Ya no te necesito, ya no te recuerdo, ya no te quiero, ahora quiero a otra) para volver a estar mal (cuanto te necesito, te recuerdo mucho, te quiero demasiado y sin ti no hay vida). Vaivén de niño pequeño con juguete que va y viene.
No se puede estar así mucho tiempo, no es lo correcto, otras salen dañadas. Yo mismo me destruyo con esto, ¿pero cuál es la solución? Si a ella cada vez le importa menos y a mi también por lo demás.

Pueden pasar semanas y meses, pero luego de mucho divagar creí haberlo superado definitivamente, eras ya sólo un eco lejano. Una piedra cayendo en una cueva donde no había nadie atado tras una hoguera. Un árbol que ronca en el bosque desabitado donde no hay quien haga existir el sonido. Pero un eco se llama así por algo, vuelve, revuelve, rerevuelve, rerevuelvevuelve y otra vez, así es.
Aunque sea ínfimo, aunque sea minúsculo e insignificante como el alfiler que cae sobre el pecho, pero de pie. Se va expandiendo otra vez y lo sientes, ahí justo el alfiler punzando contra tu pecho desnudo queriendo entrar, ahí esta el eco otra vez.

Cuando el dolor se vuelve temblor, pavor y finalmente disturbio tranquilo, la aceptación te invade y aprendes a convivir con él como un viejo amigo. Aprendes a pretender sonrisas, todo esta bien señores, aquí el futuro abogado esta feliz y de fiesta, de fiesta en fiesta. No seré escritor pero todo está bien, yo soy una persona feliz.
Tal vez una última visita al colegio antes de entrar como hombre feliz al ambiente universitario, sí sí, suena muy bien.
Todas son sonrisas aquí también, hay mucha felicidad en este establecimiento, jóvenes con sonrisas verdaderas por montón, ¿o no? Pues de entre ellos distingo una sonrisa algo diferente, más tímida pero con gran futuro, sonrisa pepsodent de grandes dientes bajo gran cabeza de rulos, con tes blanca y manos recostadas una sobre otra, sin nada más que decir, porque es tímida la niña, es muy tímida. Como un viejo eco.

Es imposible hablarle, ¿qué le diré? Sí tú eres, tú eres la escogida. Contigo la reemplazaré, un viejo eco por un sonido nuevo, ¿es eso correcto? ¿Pero si no es eso lo que has estado haciendo por meses? sólo que esta vez encontraste la nota perfecta para reemplazar el si bemol que nadie más pudo imitar.
Es tan sólo una niña pequeña, inocente, no merece transformarse en el reemplazo de un eco viejo y roído. Aprende a morir solo con ello, convive sólo con la rememoración del eco.
Pero si era tan linda, tan linda, tan inocente y tímida como ella alguna vez fue. Pero sendero que se ha de mirar hacia atrás, nunca más se ha de pisar. Lámina repetida no completa el álbum, viejo hit no hace bailar, chicle mascado pierde sabor, zapato usado huele mal, lápiz gastado no escribe, etc etc…
El eco ha tatuado todo lo que he sido, todo lo que soy y quizás todo lo que seré, porque sé que algún día ella tendrá una vida hermosa y se transformará en una estrella en el cielo de algún otro afortunado, pero por qué, por qué, ¿por qué no puede ser en mi cielo?

No, no, no digas nada. Ya sé la respuesta, es tan obvio ya, ya cada vez me importa menos por lo demás, a pesar de que nosotros, nosotros, de que nosotros pertenezcamos juntos, debamos estar juntos.
Ya cada vez me importa menos por lo demás, ya suena como un viejo y débil eco que tan sólo escuche de frente este día, un mal día. Pero mañana ya todo estará mejor, pues el viejo eco hoy fuerte, mañana se escuchará otra vez como el lejano pasado que caprichosamente sólo algunas veces vuelve.





Echo es una película de hitchcock, si vieron psicosis esta les gustará también, aunque es algo más romanticona, pero igual de siniestra y rara.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué melancólico hombre escribe en este blog, parece que es otro el que habla algunas noches conmigo.
No hagas de tu vida una gran analogía, deja el recuerdo y no conviertas en metáforas de "ella" a las otras que veas en la calle.
No hagas sonetos con el pasado, porque sólo obtendrás Elegías.
No desperdicies tu talento con ingratos recuerdos, te reto a ello, y apuesto mi vida a que SÍ serás un escritor.
Un abrazo benevolente, Lucy.

Pea dijo...

Me recordó a Frodo, cuando siempre el dia en que le clavaron la daga sufria un gran dolor, todos los años ... un eco de por vida.
:D