miércoles, 26 de mayo de 2010

La extranjera

Tengo dudas sobre este asunto, me pregunto una y otra vez si serás tú o seré yo el extraño en esta historia. Hubo momentos y hasta días donde pensé lograr un dialecto común, pudimos hablar el mismo idioma, una sincronización, una empatía mental que nos forjó un sincretismo escondido a voces.
Para mí nunca fue extraño que no calzaras dentro de mi mundo, a veces ton florido, tan tórrido o incluso pasando a ser una ambivalencia de ambas. Soy un personaje extraño que se forma su propia realidad.
Cuando por primera vez leí “el extranjero” no sentí tener una identificación con el protagonista, una identificación tan deseada por los “intelectualoides” que en una empresa desesperada llegan a presionarme a sí mismos llegar a ser un Mersault, no me gusta mentirme y seguramente no soy un ser indiferente. Creo mi identificación iría con el concepto general de ser un extranjero en mundo ajeno, donde pocos logran comprender las ideas formadas, las expresiones enervadas y los silencios que tanto dicen.
Fue ilusorio y genial pensar por momentos que tú y yo lográbamos conectar nuestros mundos y yo lograba mostrarte algo de mi melosa y empalagosa verdad romántica. Pero lo cierto y seguro, es que nuestros mundos se alejan una y otra vez del ámbito religioso del amor, para llegar al más concreto ámbito secular de la amistad. No es que me moleste, no es que te desprecie como amiga, pero es que tanto te deseo como mi herejía religiosa.

Me muestro tal cual soy, desnudo: No soy tan sincero como quisiera, no soy tan fiel como los héroes que admiro ni tan profundo como los antihéroes que quiero. Si un amigo se aleja, pues lo dejo partir y no me importa, alejarme me molesta menos cuando la gente ya no me es “divertida”. Me gusta la inspiración dada por una mujer, extraño la calidez de un cuerpo sobando mi almohada y seguramente no me es fácil retraerme de esas pasiones.
Creo, el mundo podría desbordarse sobre sí mismo y yo tener tranquilamente un libro entre mis manos.
Pienso, que cuando la miseria ataca es cuando siento la atención de todos centrada en el “boom” del momento, es cuando más cómodo me siento en mi realidad.
Seguro, digo que podrían todos irse a la mierda y yo tener mi habitación esperándome, dándome un aventón, un viaje estelar que excitantemente me eleva.
Me dicen, que sólo extrañaría la ausencia real de mi madre y hermana (casualmente mujeres) y que tantas otras inspiraciones me han dado también.

Y repito que justo ahora podrían todos abandonar mi mundo. De todos…
Yo sólo terminaría extrañándote a ti.

Pero no lo pienses tanto, seguramente con un poco de tiempo más

Se me va a pasar.

3 comentarios:

lichazul dijo...

felicitaciones, muy buen relato
a veces nos sentimos así, extraños y extranjeros en un país inventado

besitos de luz

Pea dijo...

Cuando por primera vez leí “el extranjero” no sentí tener una identificación con el protagonista, una identificación tan deseada por los “intelectualoides” que en una empresa desesperada llegan a presionarme a sí mismos llegar a ser un Mersault, no me gusta mentirme y seguramente no soy un ser indiferente.

GOOOOOOOOOOOOOOOOOOSH, es precisamente lo que he pensado estos pseudo-intelectualoides; pero no seré injusta que yo también era asi y quizas todavía me quede algo de eso, pero supongo que he pensado que qué tengo que ver yo con mostrarme de alguna manera, esa wea es pa los maniquis de vitrina, pero chanfles que yo no hablo de eso.
Me he acordado de "no eres un hermoso y único copo de nieve, eres la misma mierda que todo lo demás" ... no diré que es una cita exacta, pero por ahi va.

wings_for_marie dijo...

en todo caso el palo no iba para ti, sino en verdad para los intelectualoides, otra especia.

si hay algo que siempre te compré, era tu vola, tu perso,
te sale natural esa postura, ahora nunca te asimilé a mersault, creo tu onda va por otro lado.