jueves, 23 de septiembre de 2010

Atardecer

Entre las cortinas entraba la bruma solar,
Era una sofocación primaveral
De tintes rosas invadiendo mi hogar.
El polvo circulaba como danzante nave,
Por los destellos se reflejaba su deseo
De ser viajero estelar.
Las sombras no tenían donde esconderse,
Orgullosas intentaban resistir
La lujuriosa invasión de la pasión.
Mis ojos un fiel espejo donde se empastan
Las líneas de ésta, la vieja canción
De la comunión centelleante.

Una vergüenza colorida por mis mejillas,
Donde se graban con fuego
Los versos de la canción solar.

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